Más ejemplos de malware en el software privativo.
Malware se refiere al software que es dañino, es decir, que está diseñado de tal forma que su funcionamiento maltrata o daña al usuario (no se tienen aquí en cuenta los errores involuntarios). En esta página se explica por qué el software de Microsoft es dañino.
El malware y el software que no es libre son dos cosas diferentes. La diferencia entre el software libre y el software que no es libre reside en si los usuarios controlan el programa o por el contrario el programa controla a los usuarios. No es una cuestión directamente relacionada con lo que el programa hace cuando se ejecuta. De todas maneras, en la práctica, el software que no es libre a menudo es también malware. Esto se debe a que el desarrollador, sabiendo que a los usuarios se les ha negado la posibilidad de poner remedio a las funcionalidades maliciosas, se ve tentado a imponer algunas.
Tipo de malware
Puertas traseras
Inseguridad
Sabotaje
Intromisiones
Vigilancia
Gestión digital de restricciones («DRM»): Son funcionalidades diseñadas para restringir lo que los usuarios pueden hacer con los datos en sus ordenadores.
Prisiones: Son sistemas que imponen la censura en los programas de aplicación.
Tiranos: Son sistemas que rechazan cualquier sistema operativo que no esté «autorizado» por el fabricante.
Suscripciones
Puertas traseras de Microsoft
Microsoft ha incluido ya una puerta trasera en su encriptado de discos.
Microsoft Windows tiene una puerta trasera universal a través de la cual se puede imponer a los usuarios todo tipo de modificaciones.
Más información acerca de las ocasiones en que se ha hecho uso de esa puerta trasera.
En Windows 10, la puerta trasera universal ya no está oculta: todas las «actualizaciones» se impondrán de inmediato y de forma forzosa.
Windows 8 también tiene una puerta trasera para cancelar aplicaciones de forma remota.
Usted bien podría tomar la decisión de dejar que algún servicio de seguridad en el que confía desactive de forma remota los programas que dicho servicio considere maliciosos, pero no hay ninguna excusa para eliminarlos, y usted tiene el derecho de decidir en quién confiar (si es que desea confiar en alguien para esto).
El Gobierno alemán evita los ordenadores con Windows 8 provistos del chip TPM 2.0 debido a que este chip permite la creación de puertas traseras.
Los usuarios informan que Microsoft los ha obligado a sustituir Windows 7 y 8 por el fisgón Windows 10.
Microsoft estaba atacando a los ordenadores con Windows 7 y 8, haciendo aparecer una ventana que preguntaba si «actualizar» a Windows 10, en el momento de apagar el equipo.
Posteriormente, Microsoft publicó instrucciones sobre el modo de rechazar permanentemente el paso a Windows 10.
Esto parece implicar el uso de una puerta trasera en Windows 7 y 8.
Inseguridad de Microsoft
A diferencia del resto de esta página, los errores que aquí se señalan no son intencionados, por lo que no pueden considerarse malware. Los mencionamos para desmontar la falsa suposición de que el software privativo de prestigio está libre de graves fallos.
Procedimientos para sacar provecho de fallos de Windows, que fueron desarrollados por la NSA y luego divulgados por el grupo Shadowbrokers, están ahora utilizándose para atacar con programas secuestradores a un gran número de equipos que operan con Windows.
Un fallo en Internet Explorer y Edge permite a un atacante obtener los datos identificativos de la cuenta de Microsoft si el usuario cae en la trampa de visitar un enlace malicioso.
Terminales de puntos de venta que funcionan con Windows han sido atacados y convertidos en una botnet con el propósito de obtener los números de las tarjetas de crédito de los clientes.
Sabotaje de Microsoft
Los problemas que se señalan en este sección no son estrictamente malware, ya que no implican la elaboración de un programa cuya modalidad de funcionamiento provoca daños al usuario. Pero se asemejan mucho al malware pues se trata de maniobras técnicas por parte de Microsoft que perjudican a los usuarios de software específico de Microsoft.
Microsoft ha dejado de dar mantenimiento para Windows 7 y 8 en los procesadores más recientes de forma apresurada.
No importa lo legítimas que pudieran ser las razones de Microsoft para no hacer ese trabajo de mantenimiento. Si ellos no quieren hacer el trabajo, deberían permitir que los usuarios lo hicieran.
Microsoft has hecho que Windows 7 y 8 dejen de funcionar en ciertos nuevos ordenadores, obligando así a sus poseedores a cambiarse a Windows 10.
Una vez que Microsoft ha embaucado a un usuario para que acepte instalar Windows 10, este descubre que se le niega la opción de cancelar o posponer la fecha de instalación impuesta.
Esto demuestra lo que venimos diciendo desde hace años: utilizar software privativo equivale a permitir que alguien tengan poder sobre nosotros, y tarde o temprano seremos ultrajados.
Microsoft ya no ofrecerá soporte para el funcionamiento de Windows 7 y 8 en ninguno de los futuros procesadores Intel. Para tales máquinas, solo estará disponible el más malévolo Windows 10. Lo mismo para los procesadores AMD y Qualcomm.
Windows 7 y 8 también son contrarios a la ética, por supuesto, porque son software privativo, pero este ejemplo de imposición por parte de Microsoft demuestra el poder que posee.
Los desarrolladores de software libre también dejan de mantener viejas versiones de sus programas, pero esto no implica ser injusto con los usuarios porque los usuarios de software libre tienen el control del software. Si el programa es importante para usted, puede unirse a otros usuarios y contratar a alguien para que adapte la vieja versión a futuras plataformas.
Microsoft está forzando la actualización de Windows a la versión 10, ignorando la opción de «no actualizar» que los usuarios pueden escoger en Windows 7 u 8. Esto confirma la existencia de una puerta trasera universal en Windows 7 y 8.
La «actualizaciones» de Windows 10 borran aplicacones sin pedir permiso.
Microsoft se entromete una y otra vez para que muchos usuarios instalen Windows 10.
Durante meses, Microsoft ha estado engañando a los usuarios para que «actualizaran» a Windows 10, si no prestaban atención y no lo rechazaban explícitamente.
Microsoft informa a la NSA de los errores de Windows antes de repararlos.
Microsoft dejó de distribuir parches de seguridad para Windows XP, excepto para algunos grandes usuarios que pagan cifras exorbitantes.
De igual manera, Microsot interrumpirá el soporte de algunas versiones de Internet Explorer.
Una persona o empresa tiene el derecho de dejar de desarrollar un programa en particular. Lo incorrecto aquí es que Microsoft lo hace después de haber logrado que los usuarios dependan de Microsoft, porque estos ya no son libres de encargar a otro programador que continúe el desarrollo.
Intromisiones de Microsoft
Diversos programas privativos a menudo desarreglan el sistema de usuario. Son similares al sabotaje, pero no lo bastante graves que se les pueda aplicar la palabra «sabotaje». No obstante, son molestos y dañinos. En esta sección ofrecemos algunos ejemplos de las intromisiones de Microsoft.
Windows muestra anuncios invasivos de productos de Microsoft y de sus socios.
El autor del artículo parte del supuesto de que Microsoft tiene derecho a controlar lo que Windows hace a los usuarios, siempre que no vaya «demasiado lejos». No estamos de acuerdo.
Microsoft inserta molestos anuncios en el Explorador de archivos para insistir a los usuarios en que se suscriban al servicio de OneDrive.
A fin de incrementar las cifras de instalación de Windows 10, Microsoft hace descaradamente caso omiso de la privacidad y las opciones elegidas por los usuarios.
Microsoft ha comenzado a molestar a los usuarios, odiosa y repetidamente, para que instalen Windows 10.
Microsoft está engañando a los usuarios para sustituir Windows 7 por Windows 10.
Microsoft ha hecho que los ordenadores con Windows de las empresas animen a los usuarios a quejarse a los administradores del sistema de no «actualizar» los equipos a Windows 10.
Vigilancia de Microsoft
El programa de telemetría de Windows 10 envía a Microsoft información acerca del ordenador del usuario y del uso que este hace de él.
Más aún, para los usuarios que instalasen la cuarta actualización estable de Windows 10, llamada «Creators Update», Windows elevó la vigilancia al máximo ajustando por defecto el nivel de telemetría a «Completo».
El nivel de telemetría «Completo» permite a los ingenieros de Microsoft acceder, entre otras cosas, a claves de registro que contienen información sensible, como la contraseña de inicio de sesión del administrador.
Los archivos DRM de Windows pueden utilizarse para identificar a gente que está navegando mediante Tor. Esta vulnerabilidad existe únicamente si se utiliza Windows.
Por defecto, Windows 10 envía información de depuración a Microsoft, volcados de memoria incluidos. Ahora Microsoft se los proporciona a otra compañía.
Al parecer, Windows 10 envía a Microsoft datos sobre las aplicaciones que se están utilizando.
Una puesta al día regresiva de Windows 10 borraba aplicaciones para la detección de vigilancia. Luego otra insertaba un programa general de espionaje. Los usuarios lo advirtieron y se quejaron, de modo que Microsoft le cambió el nombre para que pareciera que lo habían eliminado.
Utilizar software privativo es una invitación a recibir un trato de este tipo.
Windows 10 tiene 13 opciones de fisgoneo, todas activadas por defecto, y desactivarlas sería una tarea demasiado ardua para la mayor parte de los usuarios.
Windows 10 se entrega con una configuración predeterminada que no muestra ningún respeto por la privacidad. Concede a Microsoft el «derecho» a husmear en los archivos del usuario, lo que escribe, lo que dice, su ubicación, sus contactos, los registros en el calendario y el historial de navegación, así como a conectar automáticamente el equipo a redes públicas inalámbricas y mostrarle al usuario anuncios personalizados.
Podemos suponer que Microsoft mira los archivos de los usuarios a pedido del gobierno de los Estados Unidos, aunque su «política de privacidad» no lo diga explícitamente. ¿Mirará también los archivos de los usuarios a pedido del gobierno chino?
Windows 10 envía a Microsoft información para la identificación, incluso cuando el usuario desactiva la función de búsqueda Bing y Cortana y activa los parámetros de protección de la privacidad.
La «identificación publicitaria», única para cada usuario, permite a otras compañías rastrear los sitios que visita cada usuario en particular.
Código espía en Windows 8: Windows Update husmea en las actividades del usuario. Windows 8.1 rastrea las búsquedas locales, y Windows contiene una clave secreta de la NSA cuyas funciones desconocemos.
El SkyDrive de Micrososft permite que la NSA examine directamente los datos de los usuarios.
Programas espías en Skype: http://www.forbes.com/sites/petercohan/2013/06/20/project-chess-how-u-s-snoops-on-your-skype/. Microsoft modificó Skype específicamente para espiar.
Microsoft utiliza la «política de privacidad» de Windows 10 para imponer abiertamente el «derecho» de mirar los archivos de los usuarios en cualquier momento. El cifrado de disco completo en Windows 10 proporciona una llave a Microsoft.
Así, Windows es un malware al descubierto con respecto a la vigilancia, como también en otros aspectos.
Podemos suponer que Microsoft mira los archivos de los usuarios a pedido del gobierno de los Estados Unidos, aunque su «política de privacidad» no lo diga explícitamente. ¿Mirará también los archivos de los usuarios a pedido del gobierno chino?
La «identificación publicitaria», única para cada usuario, permite a otras compañías rastrear los sitios que visita cada usuario en particular.
Pareciera que Microsoft ha optado deliberadamente por convertir a Windows 10 en la máxima malignidad en toda dimensión, adueñarse de un poder total sobre todo aquel que no abandone Windows ahora mismo.
Gestión digital de restricciones en Microsoft
Gestión digital de restricciones (DRM ) en Windows, introducida para aplicarla a los discos Bluray. El artículo también menciona que la misma función dañina se implementaría después en Mac OS.
Prisiones de Microsoft
Windows 10 S debería llamarse Windows 10 J, por «Jail» (prisión): solo desde la Tienda Windows se pueden bajar y ejecutar programas.
Si la historia de iOS sirve de muestra, cabe prever que Windows 10 J no será mejor en este sentido.
Windows 8 en los «dispositivos móviles» es una prisión: censura los programas de aplicación preferidos del usuario.
Tiranos de Microsoft
Por descuido, Microsoft dejó abierta una vía que permitía a los usuarios instalar GNU/Linux en las tabletas con Windows RT. Pero ya ha «subsanado» el «error». Y tienen el descaro de llamarlo «protección» de los usuarios. El artículo habla de instalar «Linux», pero por el contexto se deduce que lo que instalan los usuarios es en realidad GNU/Linux.
Los dispositivos móviles que vienen con Windows 8 son tiránicos: impiden al usuario instalar sistemas operativos modificados u otros diferentes.
Suscripciones de Microsoft
Microsoft Office obliga a los usuarios a suscribirse a Office 360 para poder crear o editar documentos.
Como queda demostrado en esta página, si lo que quiere es eliminar el malware de su ordenador, lo primero que tiene que eliminar es Windows.
Fuente: https://www.gnu.org/proprietary/malware-microsoft.es.html
Debe estar conectado para enviar un comentario.