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Uso de datos personales | Página12

Fuente original: Uso de datos personales | Página12

(El uso de las negritas es mio).

El subsecretario de Comunicación Estratégica, Hernán Iglesias Illia, declaró en 2016, cuando se filtró la información respecto a que el PRO quería tener acceso a los datos personales de los ciudadanos de todo el país, que los iban a usar “para el bien”. Es decir, para comunicar las buenas noticias del gobierno, a diferencia del kirchnerismo que usaba las cadenas nacionales para hacer propaganda política. El funcionario se explayó y dijo que la comunicación gubernamental del macrismo sería segmentada y focalizada para estar a tono con los intereses de los individuos. Vaya si lo lograron. Desde ese momento, y del mismo modo que las empresas privadas como Google o Facebook que sugieren datos en base a búsquedas previas efectuadas por los usuarios, las casillas de mails empezaron a inundarse con correos electrónicos de funcionarios, en sintonía con lo averiguado recientemente respecto de los usos de datos de la Consultora Cambridge Analytica en un caso con repercusiones mundiales. Pero, como ya es norma desde la asunción de este gobierno, el hecho fue invisibilizado por los medios dominantes de comunicación.

Lo acaecido cotidianamente en la capital nacional es el punto culminante de esa manipulación de los datos con tintes proselitistas. Por caso, el 3 de mayo a numerosos vecinos de la ciudad, entre los cuales nos encontramos varios docentes, nos llegó una invitación. Quienes vivimos en la Ciudad Autónoma de Buenos Aires y trabajamos en el ámbito estatal estamos acostumbrados a esta flagrante violación de la privacidad disfrazada de información mediante la cual recibimos varios correos diarios de Horacio, Soledad, Diego, Felipe o Franco. Se trata de mensajes publicitarios de Rodríguez Larreta, Acuña, Santilli, Miguel o Moccia, es decir las principales figuras del PRO en la gestión capitalina, enviados con su nombre de pila como una señal de cercanía. En esta oportunidad la invitación era para una charla este 10 de mayo a las 17.30 en el distrito Audiovisual, en Dorrego 1898, “para charlar con Cris Morena, creadora de las novelas infantiles y juveniles más exitosas de la televisión y compositora de los temas que hoy se cantan en todo el mundo. Hablaremos sobre su trayectoria y su compromiso social con la educación junto a Horacio Rodríguez Larreta, Enrique Avogrado y Soledad Acuña”.

Las reacciones de indignación de los numerosos grupos de whatsapp de docentes de los cuales formo parte no se hicieron esperar, aumentadas las mismas en tiempos de incumplimientos paritarios, descuento de huelgas y promesa de desintegración de 29 Institutos Superiores de Formación Docente. No obstante, el enojo no es buen consejero a la hora de analizar determinadas cuestiones. Por tanto, creer que la invitación a una estrella del espectáculo que ostenta un especial discurso de autosuperación, es un fiel prototipo del emprendedurismo y que por otro lado hace programas con incuestionable éxito comercial forma parte de una provocación es un error. Más bien habría que pensarlo en estrecha conexión con lo sucedido en materia educativa desde el año 2007.

Por un lado, la proliferación de discursos de autoayuda y del individualismo “new age”, como demuestra Pablo Vommaro en sus diversos trabajos sobre la construcción política del PRO, forma parte de la búsqueda de la empatía permanente, construye la impresión de que ese partido lleva adelante sus políticas con gente que siempre transmite la idea de ser recién llegados, lo cual les permite identificarse con un alto porcentaje del electorado que descree de la política tradicional. Cris Morena escribió en su twitter haciendo referencia a su presentación: “chicos me ilumina verlos cerca y ver el brillo de sus ojos”. Es una clara demostración del uso que hace de estas corrientes. Por otro lado, las políticas focalizadas al emprendedurismo son otra constante en el Ministerio de Educación de la ciudad primero, y nacional, después. Una nota de La Nación del día 20 de julio de 2017, presenta al nuevo ministro de Educación de la Provincia de Buenos Aires, Gabriel Sanchez Zinny, como un emprendedor educativo. Ese concepto, sumado al de la meritocracia permea todos los documentos oficiales de las gestiones macristas. Desde esta perspectiva, a la incertidumbre debe combatírsela con una dosis de emprendedurismo, lo que llevará al éxito en la vida, siempre medido en dinero.

Lejos de ser una provocación, la invitación a Cris Morena a hablar de educación es parte de una lógica que piensa el proceso educativo asociado a las lógicas de mercado, subordinando el Estado a sus reglas y dictámenes.

* Magister en Ciencias Sociales (Unahur-UBA).

Experto en nuevas tecnologías: «El capitalismo digital es una privatización por la puerta de atrás» – RT

Fuente original: Experto en nuevas tecnologías: «El capitalismo digital es una privatización por la puerta de atrás» – RT

 El investigador y escritor Evgeny Morozov denuncia que las políticas de austeridad de los gobiernos llevadas a cabo durante la crisis han hecho que las empresas tecnológicas hayan logrado penetrar allí donde antes no habían podido.
Evgeny Morozov, investigador y experto en las implicaciones sociales y políticas de las nuevas tecnologías y uno de los mayores críticos sobre Cambridge Analytica, advierte de la nueva ola privatizadora que está suponiendo el capitalismo digital.

Para Morozov, la tecnología no cambia en muchos casos las dinámicas básicas sobre las que se asienta el orden social, sino que las hace mucho más complejas. Lo que podemos hacer, según su punto de vista, es replantearnos el modo en el que usamos la tecnología para no ser usados por aquellos de quienes dependen las plataformas tecnológicas.

El investigador desecha la visión optimista del capitalismo digital que dice que el futuro depende de nosotros y que el uso de las nuevas tecnologías puede ayudar a defendernos un poco mejor. Y desgrana cuál ha sido el desarrollo de las compañías tecnológicas en las últimas dos décadas desde la aparición de servicios gratuitos financiados por la publicidad de las empresas. Esa práctica poco a poco ha ido generando una gran cantidad de datos de aquellas personas que utilizan estos servicios, sobre todo en las redes sociales, lo que ha ido creando una customización de la publicidad a la que estamos expuestos.

Pero este modelo, afirma, también ha tenido consecuencias negativas, como se ha visto recientemente con las manipulaciones políticas del escándalo de Cambridge Analytica. En su opinión, las plataformas tecnológicas se están convirtiendo en extractoras de nuestros datos, que es como funcionan compañías como Google. Lo que ha ocurrido, relata, es que las mismas compañías que han estado recopilando estos datos están comenzando a utilizarlos de una forma diferente para manipularnos.

Así, nos pone un ejemplo: las verificaciones de Google para descartarnos como robots. Antes tenías que leer y teclear unas letras, y ahora te pide que reconozcas imágenes. Esas respuestas de todos los usuarios son utilizadas por Google para desarrollar tecnología de reconocimiento de imágenes y objetos, logrando que la gente haga ese trabajo para ellos, pero gratis.

Introduciéndose en lo que queda del Estado del Bienestar

Poco a poco, estas empresas están adquiriendo la posibilidad de entrar en terrenos donde antes no tenían la posibilidad de acceder. Pone otro ejemplo, el del Sistema Nacional de Salud del Reino Unido, donde Google ha tenido acceso a todos los historiales de los pacientes, lo que le ha permitido analizarlos para desarrollar sistemas de predicción. Así, ahora tienen acceso a unos datos que aumentan su valor como empresa a la hora de ofrecer otros productos.

Este tipo de servicio es ofrecido tan solo por unas pocas compañías de EE.UU. y China, que te venden que incorporando todos tus datos a sus servicios puedes funcionar de una forma mucho más eficiente. Pero en realidad lo que están haciendo es recopilando toda la información sobre ti.

Lo que se ha producido durante la última década en la que han tenido lugar los recortes presupuestarios por la crisis económica internacional, es que las Administraciones Públicas para poder ofrecer un sistema básico de servicios han sido y son proclives a utilizar los servicios de estas empresas, que consideran más eficientes, aunque les hayan tenido que entregar nuestros datos.

Otro caso más expuesto por Morozov es la protección contra ‘hackers’ que Google y otras empresas proponen, creando y ofreciendo sus propios productos para vendernos que nos deben proteger de los fallos de sus otros productos. «La centralización del acceso a la inteligencia artificial en manos de estas compañías está creando una situación nada alentadora (…) Es una privatización por la puerta de atrás», concluye.

Así, una de las consecuencias del capitalismo digital es que en lo que quedaba del Estado del Bienestar también está penetrando el capitalismo. «Está entrando en áreas muy importantes», subraya. 

Un sector de la economía que sigue creciendo

Morozov afirma que hay un sector de la economía que sigue creciendo, tanto en tamaño como en capitalización de mercado: el de la industria tecnológica, que es precisamente la que fomenta el uso de los datos.

Relata que Amazon, Google, Apple, Microsoft y Facebook han crecido en el último año cerca de 1,3 billones de dólares. Y podemos ver lo mismo en China.

Hay empresas que ni siquiera cotizan, como Uber, Airbnb o Volunteer. Pero cada una de ellas tiene un valor de entre 20.000 y 60.000 millones de dólares. El capital de estas empresas proviene de fondos de pensiones, entre otros de este tipo, que piensan que estas compañías pueden ser muy lucrativas. De esta manera, según explica el investigador, construyen un modelo y lo escalan a 200 países y, mientras, destruyen las empresas locales. Es precisamente lo que hace Uber con los taxis en países como España. El modelo es muy sencillo.

«Para que Uber consiga retorno para sus inversores (inversores como el Gobierno de Arabia Saudí o Goldman & Sachs) debe asegurarse de que pueda destruir a la competencia local», afirma. Y han tenido bastante éxito y tienen unas técnicas «bastante ruines», dice el investigador. Se pueden permitir perder dinero hasta que acaben con la competencia. Pueden hacerlo porque atraen capital de esos grandes inversores institucionales.

Otro ejemplo es el de la empresa japonesa SoftBank, un gran fondo que aumentó gracias al dinero barato durante la crisis económica, que involucra a otras empresas en la financiación de sus compras. SoftBank tiene una deuda enorme, según cuenta Morozov. Toma dinero, lo gasta y vuelve a tomar dinero prestado, debido al bajo interés del mercado, y así llega a dominar la industria, acaba con sus competidores y domina el mercado. Después puede recuperar lo perdido.

Con el alquiler ha sucedido lo mismo. Hemos asistido a cómo barrios enteros han subido de precio y cómo aumentan los alquileres de corta estancia. Se trata del fenómeno Airbnb. Esta compañía está financiada por fondos soberanos, como los de China y Singapur, descubre Morozov, que más o menos es cómo funcionan los fondos de pensiones.

Más allá de Silicon Valley

Por otro lado, explica que para entender esta financiarización tecnológica hay que seguir el dinero más allá de Silicon Valley. «Se está creando una burbuja que hasta que estalle va a seguir creciendo y creciendo», vaticina el escritor.

La ausencia de crítica a lo que está sucediendo lo asocia a la paradoja del desprecio europeo hacia Donald Trump, ya que la mayor parte de los políticos europeos creen que estas empresas, mayoritariamente estadounidenses, son aliadas y pueden resolver el problema del desempleo o de los cuidados. Hay muchos políticos que fomentan la idea de que la asociación con ellas es la elección natural en nuestras sociedades, como Macron o Renzi, que son «los mejores amigos de las empresas tecnológicas», opina.

Sin embargo, el hecho de que la ciudadanía no lo perciba así, como una crisis, le perturba muchísimo: «Tenemos que tomar esta crisis y utilizarla como una oportunidad de ofrecer los servicios del Estado del Bienestar de una forma mucho más descentralizada», aconseja. De esta manera, se trataría de aprovechar algunas de las estructuras que han aparecido con plataformas como Uber o Airbnb y darles la vuelta para que beneficie a los ciudadanos y no solo a los inversores.

Europa deberá elegir entre tecnología de EE.UU. o de China

El gigante asiático también está en la carrera de las empresas tecnológicas. Morozov pone el ejemplo de la empresa china Alibaba, que ha comprometido 10.000 millones de dólares en los próximos años para desarrollar inteligencia artificial. China tiene comprometidos 125.000 millones de dólares para el sector hasta 2030.

Además, el investigador afirma que tenemos dos grandes gigantes tecnológicos, que son EE.UU. y China. Esta última es casi autosuficiente en términos tecnológicos y tiene muchos más datos que los norteamericanos, mientras que Europa casi no aparece en este mapa. «En los próximos años Europa tendrá que elegir entre tecnología estadounidense o china», afirma.

Por otro lado, opina que este tema tiene que ser politizado por los partidos políticos. Deben trabajar sobre cómo se financia la infraestructura y sobre cómo tener una estrategia nacional sobre inteligencia artificial. «¿Qué tipo de régimen de propiedad de datos quieren?», se pregunta.

La alternativa: democratización del acceso a datos

Evgeny Morozov apuesta por que nuestros datos no solo puedan ser propiedad de empresas como Facebook, Google o Amazon. Una alternativa sería que pudieran ser de propiedad colectiva y que esas empresas tuvieran que pagar por ellos como hacemos los ciudadanos como individuos.

El experto piensa que una solución puede ser la democratización del acceso a los datos. «Si no lo hacemos, podemos dañar la confianza que las personas tienen en las Administraciones Públicas», explica. En caso contrario, ¿cómo sería la política en un mundo en que un pequeño número de empresas controlan todos los servicios?, se pregunta.

También cree que tenemos un «capitalismo superelevado», que hay cierto consumo, ciertas libertades… pero que si no realizamos ningún cambio drástico, en el sentido de descentralizar las estructuras clave, «vamos a tener problemas». Sin embargo, deja claro que no se refiere a la renacionalización de estos servicios, asegurando que ese concepto hoy en día no se puede barajar.

Según el escritor, se está delegando poder en las empresas y deberíamos ser capaces de conectar lo digital con lo político. En este sentido, considera que el espacio clave para la libertad política a partir de ahora debe reconsiderar la versión tecnocrática. «Estamos viendo una gestión puramente tecnocrática de las fuerzas políticas», explica Morozov, que insta a ir más allá de la pura crítica moralista humanitaria. ¿Quién las financia? ¿Para qué? ¿Desde dónde?, deberían ser, en su opinión, algunas de las preguntas imprescindibles.

El investigador no considera que el problema sea ahora la protección de nuestros datos personales, sino encontrar «dinero, ganas y esfuerzo» para hacer algo con toda esa información. «Deben ser útiles para construir un proyecto común, que se puedan aprovechar no solo por las empresas para su propio beneficio», sostiene. Así, el escritor plantea utilizar esos datos para que tengan un servicio público sin comprometer la privacidad de las personas.

¿Quién es Evgeny Morozov?

La aparición en la escena internacional del bielorruso Evgeny Morozov supuso un soplo de aire fresco en un campo que desde hace mucho tiempo se ha caracterizado por una falta de autocrítica y una autoconcepción un tanto ‘naif’. Conocido por su punto de vista escéptico sobre la idea de que Internet está ayudando a democratizar regímenes autoritarios, afirma que igualmente se puede utilizar para aumentar la represión y la vigilancia de los disidentes.

Nacido en 1984, este investigador y escritor estudia las implicaciones políticas y sociales de la tecnología. Su primer libro ‘Net desilusion. The dark side of the Internet freedom’ (‘El desengaño de Internet. Los mitos de la libertad en la red’, en español), de 2011, supuso una revolución en la forma en que se percibía el fenómeno de Internet. En 2013 volvió a sorprender con su segundo libro: ‘To save everything, click here’ (‘La locura del solucionismo tecnológico’ en español), donde rompía con el mito de que había algo inherentemente liberador en las nuevas tecnologías.

***Las declaraciones recogidas en este artículo han sido realizadas en una conferencia llamada ‘Capitalismo digital y sus descontentos’ enmarcada en una serie de conferencias organizada por el Museo Nacional de Arte Contemporáneo Reina Sofía de Madrid que lleva el título de ‘Seis contradicciones y el fin del presente’.

Nuria López

Héroe o traidor, el hacker delator de Manning | Página12

Fuente original: Héroe o traidor, el hacker delator de Manning | Mur… | Página12

Murió Adrián Lamo, el personaje menos conocido detrás de la megafiltración de Estados Unidos.
El analista y soldado Manning sustrajo documentos secretos y se los entregó a Assange, detenido y condenado en EE.UU. Lamo, “el hacker sin domicilio”, fue quien lo denunció. Murió sin saber si había sido un traidor o un patriota.
Hoy Chelsea Manning está libre, cambió de sexo y de nombre. Adrián Lamo había delatado al entonces analista. 

PáginaI12 En Francia
Desde París

El destino reparte recompensas o sanciones con la inconstancia de un árbitro de fútbol. La vida de cada uno de los tres principales protagonistas de la más gigantesca filtración de documentos secretos de Estados Unidos es un espejo distorsionado. El analista y soldado Bradley Manning sustrajo los documentos mientras estaba en misión en Irak y se los entregó a WikiLeaks. Manning fue detenido en 2010, juzgado y condenado a 35 años de cárcel en agosto de 2013 bajo los cargos de violación de la Ley de Espionaje, hurto y fraude informático. En enero de 2017, la administración del ex presidente Barack Obama conmutó su pena y Manning quedó libre. Cambió de sexo y de nombre: libre, ahora se llama Chelsea Elizabeth Manning y aspira a ser candidata al senado norteamericano en las próximas elecciones de noviembre de 2018. Julian Assange, quien difundió los documentos que Manning le había entregado, especialmente el Afghan War Diary y las imágenes de los abusos de las tropas norteamericanas en Irak, sigue refugiado en la embajada de Ecuador en Londres. El tercero, el hacker norteamericano Adrián Lamo quien denunció a Manning, acaba de morir a los 37 años. Fue el personaje más desconocido de este basto escándalo internacional y, a su manera, el más esencial. Lamo tenía un estilo de vida errante que le valió el apodo de “el hacker sin domicilio fijo”. Hablaba poco y, hasta el final de sus días, nunca supo muy bien si había sido un traidor o un patriota. Cuando estalló el caso, PáginaI12 entró en contacto con él. Primero a través de correos electrónicos y luego en conversaciones siempre extrañas que, sin embargo, fueron despejando las extrañezas de su personalidad y las circunstancias que lo llevaron a delatar a Manning.

Los primeros contactos empezaron en 2010, poco después de que se conociera la identidad de quien había vendido a Manning. Al principio, antes de que las conversaciones se prolongaran por otra vía y sólo cuando él lo decidía, Lamo respondía con apenas un par de palabras. “Sí”, “No”, “sentí que tenía que hacerlo porque había gente en peligro”, “aún tengo muchas dudas”. A veces, sus emails venían con una cita de Shakespeare al final: We shall write to you, As time, and our concernings shall importune”– “Duke” | W.  Shakespeare’s “Measure for Measure”: Act I, Scene I”. En otras ocasiones solía llamar él desde uno de esos “incoming call”. Una vez dijo: “hay cosas que nunca podremos entender”. Las conversaciones duraban poco. Eran, más bien, como un ping pong de monosílabos que, lentamente, iban dibujando una personalidad compleja, por momentos torturada. Lamo había pasado mucho tiempo vagando entre cibercafés y bibliotecas desde donde se conectaba para ejercer su arte del pirateo. Llegó a tener mucha fama en el seno de la comunidad de los hackers cuando logró craquear, entre otros, el portal internet de The New York Times. Tuvo la osadía de meterse en la base de datos del NYT e introducir su nombre como “experto en seguridad nacional e informática”. En 2003 fue arrestado por el FBI y condenado al pago de una multa y a seis meses de arresto domiciliario. Tenía un historial de hackeos imponente: Yahoo!, McDonald’s, Citigroup Microsoft, Bank of America, MCI WorldCom. Su cerebro parecía estar en otro lugar. Era un genio deambulando entre dos vidas, la de su mente y la de su cuerpo. Recorría Estados Unidos sin rumbo determinado. Subía y bajaba de los colectivos sólo por “el placer de la exploración”. No le importaban ni el prestigio, ni la fama, ni el dinero. Hackeaba de día y de noche, dormía en la calle o en lugares abandonados. Adrián Lamo había nacido en 1981, en Boston, Massachusetts. Residió con su familia en muchos lugares distintos de Estados Unidos hasta que, en 1992, su padre lo llevó a Bogotá, Colombia. Permaneció allí dos años y regresaron a los Estados Unidos, donde se instalaron en San Francisco.

2010 fue el año capital de su existencia. El caso WikiLeaks rompió sus esquema de vida y ese mismo año se le diagnóstico el Síndrome de Asperger, una suerte de autismo que traba las relaciones “normales” con el mundo.

¿Cómo se metió en esa trama en principio ajena a sus intereses?. En un mail respondió a esa pregunta: “no siempre lo que hacemos es culpa nuestra. De todo esto, la responsabilidad la tienen primero Assange y luego Manning”. En eso no mentía. En 2010 Chelsea Manning había empezado a contar en las redes que manejaba información ultra confidencial. Lamo entró en contacto con el soldado y éste, que ya estaba en plena crisis de personalidad entre sus dos sexualidades, le reveló que había sustraído miles de documentos secretos del Pentágono, que contaba con un acceso privilegiado a las “redes de seguridad clasificadas”. Lamo y Manning hablaban a través del canal de mensajería encriptada de AOL. Lamo me contó en 2010 que eso le pareció “una locura, un acto de traición que ponía en peligro la seguridad de Estados Unidos y de cientos de personas que, tal vez, vivían encubiertas y que, por culpa de Manning, podían quedar al descubierto”. Según dijo en una conversación telefónica sembrada de silencios y respiraciones profundas, “la decisión que tomé fue muy difícil. Aún no sé… Pero Manning parecía estar muy, muy perturbado, me decía que se sentía solo, sin respaldo, que era una mujer en un cuerpo de hombre. Pero ese tipo que tenía del otro lado del chat era un peligro, un hombre extraviado que carecía por completo de un ideal. Actuaba por malestar personal y no por convicciones. Creo que no era consiente de lo que había hecho”.

Entonces Lamo lo delató. El hacker norteamericano detestaba a Julian Assange y WikiLeaks. En 2011 me confesó su sospecha de que Assange advirtió que Manning era un “tipo trastornado” y se sirvió de ese desequilibrio emocional profundo “para manipularlo y sacarle los documentos”. Para Lamo, Assange abusó del débil para su causa. Adrián Lamo y Chelsea Manning recién se vieron frente a frente en otro episodio cargado también de monosílabos. Lamo acudió al juicio contra el soldado celebrado en la base militar de Fort Meade, Washington. Los interrogatorios fueron incómodos. Al mismo tiempo que mostraron a un Lamo fastidiado y casi ausente, también confirmaron los contenidos de lo que Adrián Lamo había revelado a este diario.

Desde ese entonces, su vida fue un infierno invadido. Las redes sociales lo perseguían, todos lo trataban de “cobarde”, “delator”, y la comunidad de los hackers de la que había sido una eminencia le cerró las puertas. De aquellos diálogos con el hacker persiste un sentido impreciso que va y viene de un lado a otro como un columpio:¿ Lamo fue un héroe o un traidor ?. Ni él lo sabía. Tenía remordimientos por lo que había hecho, pero también le angustiaba pensar en qué hubiese ocurrido si no habría puesto a Manning fuera de circuito. Lamo desapareció un tiempo. Estuvo meses sin responder hasta que, de pronto, de forma intempestiva, reaparecía. Ese interrogante sobre el héroe o el traidor lo obsesionaba por momentos. En una ocasión dijo; “la verdad, sólo busco una forma de paz que antes tenía, una reconciliación”. No era fácil encontrar un lugar cómodo. Era, para algunos, el héroe patriota, para otros, un ser despreciable y masivamente odiado. Ahora ha muerto, muy joven. Hasta el final pensó que Julian Assange tenía la culpa de todo. De los tres, sólo uno realizó sus sueños y resolvió los estragos de su personalidad. Assange está cautivo, Lamo muerto y el ex soldado pasó a llamarse Chelsea Elizabeth Manning. El novelista británico Graham Greene escribió en una de sus novelas (El Agente confidencial):”nunca sabemos la inocencia que estamos traicionando”. Tampoco sabemos quienes son los verdaderos héroes y quienes las marionetas.

efebbro@pagina12.com.ar

«Internet está siendo arrinconada por las corporaciones» | Página12

Fuente original: “Internet está siendo arrinconada por las corporaci… | Página12

Sally Burch, una de las principales expertas latinoamericanas sobre democratización de las redes.
Burch fomenta regulaciones que garanticen acceso igualitario a una red a la que ve cada vez más amenazada por los monopolios. Desde hace décadas asiste como conferencista a cumbres internacionales sobre comunicación, de Pekín a Ginebra.

Nacida en Londres y radicada desde 1983 en Ecuador, país del que es ciudadana, Burch ha enfocado sus últimos trabajos en los riesgos que implica un comercio electrónico dominado por corporaciones, lanzadas a capturar datos personales con voracidad.

La prevención ante una regulación fallida del comercio digital era su objeto de interés en la pasada cumbre ministerial de la Organización Mundial del Comercio (OMC), que se llevó a cabo en Buenos Aires, entre el 10 y el 13 de diciembre. Sin embargo, Burch, de 68 años y debidamente acreditada por la OMC, fue expulsada del país por el gobierno de Mauricio Macri bajo la acusación de que pretendía “generar esquemas de intimidación y caos”.

–Después de los escasos o nulos avances alcanzados en la cumbre de la OMC a la que se le impidió el ingreso , ¿cómo sigue la discusión en cuanto al comercio electrónico?

–En la cumbre se avanzó muy poco en todos los temas, ni siquiera salió una declaración. Me parece muy importante que una mayoría de países en desarrollo haya tenido una decisión firme de no abrir las negociaciones (sobre comercio electrónico), principalmente liderados por India y Sudáfrica, a los que se sumaron todos los países africanos menos Nigeria. Eso no quiere decir que el tema vaya a quedar descartado. Setenta países han firmado una declaración de que van a seguir trabajando en el tema, le llaman “comercio electrónico para el desarrollo”, como una vía de negociación paralela. Quieren regresar a la OMC en otra oportunidad con un acuerdo avanzado. Tratan de adelantar una posición para presentarla como un hecho consumado porque no se puede lograr con consenso. Invitan a discutir a los gobiernos pero, de lo poco acordado internacionalmente en el tema de Internet, hay un principio de que toda discusión debe ser multisectorial, con participación de la sociedad civil, y eso no lo estamos viendo.

–Usted trató de exponer en la cumbre de la OMC sobre los principales riesgos de un modelo de comercio electrónico bajo el patrón de los países centrales. ¿Cuáles serían las principales amenazas de ese modelo?

–Básicamente, el comercio electrónico existe, no necesita discutirse en la OMC para funcionar. Hay otras instancias multilaterales que ya lo han tratado. La firma electrónica ha sido discutida y hay acuerdos. Las grandes corporaciones, tipo Google, Microsoft, Facebook y Amazon, quieren tener acceso a todos los datos, algo que tiene enorme valor en el mundo, y no aceptan ninguna exigencia. Para los países en desarrollo, siempre ha sido fundamental que toda inversión tecnológica incluya transferencias para desarrollar capacidad propia. Eso estaría excluido. Rechazan toda obligación de almacenamiento local de datos o la apertura del código fuente de los programas y los algoritmos. Por un lado, quieren la transferencia libre de datos y, a la vez, se niegan a la transferencia de tecnología y a rendir cuentas. Si uno no sabe cómo funciona un algoritmo, no puede explicar sus resultados.

–Otro aspecto es que las empresas globales finalmente no tienen presencia física en los países en los que operan.

–La no presencia física de las empresas tiene impacto en cuestiones de impuestos, en los puestos de trabajo y también en el hecho de que los consumidores no tienen dónde acudir si sus derechos no son respetados; deben reclamar en otra jurisdicción. Hay voces que sí estuvieron presentes en la cumbre de Buenos Aires y lo pudieron expresar. Lo que necesitamos en los países en desarrollo es soberanía tecnológica. Frente a eso, se requiere regular y proteger a las pymes y a la industria nacional. Con lo que quieren firmar en la OMC, se estaría renunciando a todas esas posibilidades. Una mayoría de los países lo tiene claro.

–¿Cree que los gobiernos latinoamericanos son conscientes de los perjuicios?

–La Alianza del Pacífico (Chile, Colombia, México y Perú), la Argentina, Brasil y Uruguay están en el grupo que firmó la declaración de los 70 países; otros no lo hicieron, como Venezuela y Bolivia.

–¿Por qué países europeos desarrollados pero con economías medianas se pliegan a estrategias de potencias centrales?

–Estamos en una transición de producción y comercio de bienes y servicios físicos hacia los servicios digitales. Ello se presta a una mayor concentración y monopolización, lo que quiere decir que necesitamos más y no menos regulación. Las mayores transnacionales son de EE.UU., aunque China está entrando a competir con fuerza; tiene una política de ser número uno en inteligencia artificial para el año 2030. Es un objetivo declarado. Como Donald Trump está en una política unilateralista, pensando que en el mundo gana el más fuerte, EE.UU. ha bajado el impulso y ahora presionan más Europa, Japón, Australia y Nueva Zelanda. A mi modo de ver, entrando en una era de la inteligencia artificial, ni sé hasta dónde les conviene. Una nueva agenda significaría dejar de lado la agenda de desarrollo de Doha, que desde hace más de quince años se viene tratando de negociar. Mientras no se resuelvan agricultura, pesca y otros temas, no vamos a habilitar comercio electrónico. Es una ilusión creer que una pequeña empresa va a competir con gigantes cuyos países son inmunes a las leyes.

–La tecnología suele ir atada a un secretismo innovativo que sólo manejan los expertos. ¿Podría ocurrir que el halo “misterioso e inexorable” de la tecnología sea inmune a acuerdos transnacionales o leyes nacionales que traten de democratizar la tecnología?

–Es un factor grande porque el campo de acción de las corporaciones es transfronterizo. La Unión Europea tiene cierta fuerza y ha hecho acciones contra Google, pero una sentencia de un tribunal demora 5 o 6 años. Si Europa no puede controlarlo, qué vamos a hacer nosotros. ¿En qué medida un pequeño país puede aplicar una ley antimonopolio a Google o a Facebook? Por eso se necesitan regulaciones globales que se puedan sostener. Es complejo pero tiene que comenzar con la voluntad de los países. Unasur pudo haber hecho mucho, pero como está el bloque en este momento, no tiene ninguna capacidad. Argentina dice, por ejemplo, que se va a retirar de Unasur.

–Si hablamos de Google, debemos referirnos a su colaboración íntima con los servicios de Inteligencia de los países centrales, en especial la NSA y la CIA.

–En Estados Unidos, las filtraciones de WikiLeaks y de Edward Snowden demuestran que Google era casi parte del gobierno (de Barack Obama). Había una colaboración bastante estrecha. Cuando asumió Trump, había síntomas de cierto distanciamiento, pero hay intereses comunes que se mantienen. No duró mucho. Todos los países tienen que tener la capacidad de vigilar datos, muy pocos aplican seriamente derechos de privacidad. Cuando hablamos de privacidad nos referimos a lo que decimos, dónde estamos, qué comemos, qué compramos. Se nos viene una sociedad de vigilancia muy grave para la democracia. Google se lleva todos los datos y los explota como quiere, y recibimos a cambio tan sólo un servicio de buscador gratis. La otra opción es lo que están haciendo algunos países que dicen que los datos tienen que ser almacenados dentro de sus fronteras.

–Ello conlleva ciertos riesgos ante comportamientos autoritarios de gobiernos nacionales.

–Tiene también sus complicaciones. Si Brasil hubiera podido hacerlo, qué confianza tendrían hoy los brasileños en el gobierno de Michel Temer para manejar esos datos personales. Necesitamos un gran debate. El relator de libertad de expresión de Naciones Unidas está preparando un modelo de legislación que podría aplicarse tanto internacional como nacionalmente. Si cada uno trata de hacer lo suyo en un mundo sin fronteras, va a ser muy difícil. Por eso se necesita legislación homogénea. La gran confrontación es entre una propuesta de Internet ciudadana, que está siendo arrinconada por una corporativa y monopólica. Hay una disputa bastante desigual que no hay que abandonar.

–¿Qué derechos garantizaría la “Internet ciudadana”?

–Cuando surgió Internet, hace 30 años, creció con muchas iniciativas ciudadanas, académicas, de organizaciones sociales; grupos bastante descentralizados. Un desarrollo horizontal, no tan masivo como ahora, por supuesto. Siguen habiendo innovaciones. En varias ciudades, un grupo de gente creó una interface en Internet para que, quienes iban en su auto, compartieran el viaje. Ello tiene un impacto ecológico relacionado con otras políticas, como en San Francisco, donde quien viaje solo paga más peaje. Llega una gran empresa, ocupa ese espacio y se traduce en una de las más cotizadas en la Bolsa. Emplea choferes sin considerarlos trabajadores autónomos ni seguridad social. Se parte de una iniciativa ciudadana y se llega a una transnancional. Todo lo que sea una iniciativa ciudadana exitosa, es sacada del mapa o tragada. Es lo que ha hecho Microsoft, básicamente, que no ha creado nada.

–¿Qué visión tiene de las denuncias sobre posverdades o falsedades que llevan a países occidentales a amenazar con controlar contenidos de Internet y excluir a ciertos emisores? En Europa hay todo un tema con medios del Kremlin.

–Es muy problemático que con Internet y las redes sociales, la mentira se esparza tan rápidamente, lo que se convierte en verdad entre comillas. Hay que hacer algo que no es darle poder de censura a Google o Facebook sin ninguna transparencia, bajo ningún criterio legal o control ciudadano. Hay que buscar otra solución frente a eso. Segundo, es muy preocupante que una empresa como Google se arrogue la potestad de decidir qué encontramos en Internet y qué no. Varios medios alternativos vienen denunciando que Google ha cambiado sus algoritmos. Hay una docena de medios alternativos de EE.UU. que ya no aparecen en Google o aparecen en la página veinte del buscador. “Estamos priorizando medios serios”, dice Google. Hay medios comerciales masivos que no han sido muy serios y éticos en el manejo de la información. En cambio, a medios que han sido más serios y éticos pero disidentes en sus opiniones, se los considera no fiables. En cuanto a los medios rusos, ya es una cuestión geopolítica. Existen plataformas, buscadores y redes sociales alternativas. El problema es el poder de escala. El poder que tiene la ciudadanía es decir “me voy a otra parte”, y eso es importante para la propia democracia.

–¿Encuentra casos viables de buscadores alternativos?

–Hay buscadores más seguros que Google, como DuckDuckGo. Lo uso y por lo general me funciona. El problema con las redes es que la lógica de uso fortalece a los grandes, porque uno va donde están sus amigos, familiares y clientes. Si todos están en Facebook, aunque tengas otros más éticos, no logras competir. Si como usuarios comenzamos a hacer exigencias masivas de que tales cosas no son aceptables, van a tener cambiar, como ya lo ha hecho Facebook.

–¿Por ejemplo?

–Antes, sus opciones de privacidad partían de lo más abierto. Hubo tanto problema con eso, que por defecto garantiza la privacidad.

–Hasta hace poco, pese a sus grandes diferencias, gobiernos latinoamericanos han tratado de llevar a cabo políticas de comunicación anticoncentración y de fomento de voces alternativas, o al menos trataron de modificar el escenario afectando a actores consolidados para reemplazarlos por otros. No es mucho lo que ha quedado. ¿Qué falló?

–América latina realizó avances muy importantes hacia la democratización de la comunicación. Tímidos pero significativos. Por fin se ha reconocido que la comunicación popular comunitaria es un sector válido, con igualdad de derechos. En Europa, tiene mucha más fuerza de la comunicación pública, mientras que en América Latina, lo fuerte estaba en la comunicación privada. Argentina, Uruguay, Venezuela, Bolivia y Ecuador han reconocido el derecho a la comunicación comunitaria, lo que ha sido un ejemplo no sólo para la región sino para el mundo. Con los gobiernos más a la derecha que están entrando en algunos países de América Latina, lo primero que se atacó fue la comunicación. Es muy significativo, en el caso de Argentina, que uno de los primeros decretos de Mauricio Macri en diciembre de 2015 fue anular la ley de la Comunicaicón Audiovisual. La derecha tiene muy clara la importancia de la comunicación y su control; los sectores de izquierda y progresistas, no tanto. En Brasil y en Argentina, comenzaron haciendo alianzas con los grandes conglomerados. Lula (da Silva), con Globo; (Néstor) Kirchner, con Clarín; (Hugo) Chávez, con Cisneros. Sin embargo, fue en la casa de Cisneros donde se armó el golpe de 2002. (Rafael) Correa, en cambio, fue bastante frontal con la prensa desde que llegó a la Presidencia, pero hasta el último día no terminó de concretar la comunicación comunitaria. Ecuador reconoce el 34 por ciento de las frecuencias para los medios comunitarios; se abrió un concurso en 2016 y quedó congelado. Hay falta de comprensión del tema por parte de los sectores progresistas. Controlar la comunicación y democratizar la comunicación son dos cosas distintas. Ecuador creó medios públicos bastante afines al gobierno pero ello no dio resultado. Venezuela ha avanzado bastante en la creación y apoyo a los medios comunitarios, Bolivia también, y Argentina estaba avanzando bastante hasta que llegó el gobierno de Macri.

–A su vez, los gobiernos conservadores critican los armados oficialistas de sus antecesores, pero terminan reconstruyendo y tejiendo alianzas bajo otras formas pero bastante más poderosas.

–Tiene que ver con esa visión de que hay que controlar la comunicación, tener amigos, más que entender que hay que democratizar y dar la palabra a la ciudadanía. Hay un tema que es mundial. Estamos viviendo una crisis de sobrevivencia de la prensa escrita. Es la que siempre ha liderado la agenda, las opiniones, muy por encima de la televisión y la radio. Es una crisis muy grave para la democracia misma, que viene de antes de Internet y tiene que ver con el modelo de funcionamiento de la prensa. Ya no se necesita de los medios tradicionales para llegar a una audiencia masiva, porque Internet llega de un modo más directo y selectivo. El 70 por ciento de la publicidad en Internet está controlado por Google y Facebook, por lo que la publicidad en medios está cayendo cada año. Y ante este cambio, los medios alternativos sufren más. En una sociedad democrática, debemos buscar fuentes de información con cierta capacidad de independencia frente a sus fuentes de financiamiento. Cuál modelo será, hay que discutirlo. Hay propuestas. En EE.UU., cada ciudadano tiene una rebaja de impuestos que puede asignar al medio de comunicación que le guste siempre que sea no comercial. Hay medios en EE.UU. que logran sobrevivir, pero en América Latina es más difícil. Hay que encontrar el tipo de financiamiento público cuyo destino no lo define el gobierno de turno sino la ciudadanía.

–Una pregunta de larga data, que da lugar a debates interminables. ¿Cuánto influyen sistemas oligopólicos de medios en la opinión pública?

–¿Lo que dicen los medios influye fuertemente? Sí. Pero llega un momento en que la gente ya no cree en la prensa, e incluso se puede dar un escenario contraproducente. Toda la prensa está en contra de un candidato y la gente dice, “justamente, por eso voy a votar a ese candidato”. La comunicación no es un tubo por el que ingresa el mensaje de un lado y entra en la cabeza de la gente. Es un proceso mucho más complejo que tiene que ver con la elaboración de la información, la cultura y las influencias. Es cierto que se han dado casos en los que la ofensiva mediática ha sido muy contundente. Lo que me preocupa más que eso es cómo están funcionando las redes sociales que están influyendo de una manera nueva en la conciencia ciudadana. Las redes tienden a apelar a las emociones más que a los sentimientos. Los algoritmos de Facebook hacen que tú recibas un tipo de mensajes frente a los cuales ya has reaccionado. El mensaje del odio llega a quien lee mensajes de odio y eso lo exacerba. Y Facebook lo hace porque le da más rédito con los anuncios. Un modelo económico que está imponiéndose sobre la importancia de lo que es la ciudadanía.

–Pasó un mes desde que fue expulsada del país, un hecho inédito en su vida. ¿Quisiera dejarle un mensaje al gobierno de Mauricio Macri?

–Que es inaceptable que cualquier gobierno juzgue quién puede participar de una conferencia, no sólo permanecer en su país, sobre la base de si le gustan o no sus opiniones. Es inaceptable, gravísimo para el sistema multilateral. Quisiera agradecer a las personas e instituciones que nos han expresando su solidaridad, deplorando el caso.

@sebalacunza

Limpiar lo falso o limitar a la prensa | Página12

El debate que se abre en Francia con el proyecto de ley de Macron.
La eficacia real del combate a las noticias falsas (fake news) por parte de un Estado está en tela de juicio. Puede que con el pretexto de limpiar la información sucia se termine estrechando la libertad de expresión.

PáginaI12 En Francia

Desde París

Víctima directa de las fake news justo antes de las elecciones presidenciales de 2017, el presidente francés, Emmanuel Macron, emprendió una cruzada contra las fake news que tanta confusión sembraron en las democracias del mundo. El proyecto de ley sobre “la fiabilidad de la confianza de la información” será presentado ante la Asamblea Nacional durante los próximos días. El texto va mucho más allá de la ley de 1882 bajo cuyos lineamientos se regulaba el derecho de la prensa y donde ya existía le figura de “noticia falsa”. Se trata ahora de crear una nueva legislación. Según revela el diario Libération que adelantó parte del proyecto de ley, el Ministerio francés de Cultura explicó que “nuestro tema no consiste en definir lo qué es una noticia falsa. El verdadero tema es el universo, los tubos, los canales de difusión de las falsas noticias”.

El texto preparado por el Ejecutivo francés apunta a dos blancos: el campo “digital en general” (las redes sociales como Facebook, los portales de video YouTube) así como “los medios bajo influencia de un Estado”. Este capítulo se dirige específicamente, aunque sin mencionarlo, a los medios financiados por Moscú como RT (Russia Today) y Sputnik. En Versalles, en presencia del presidente ruso Vladimir Putin, el jefe del Estado francés acusó a RT y Sputnik de ser “órganos bajo influencia y de propaganda”.

La pugna entre Macron y estos dos medios rusos ha sido virulenta. Comenzó con una entrevista difundida por Sputnik con el diputado opositor Nicolas Dhuicq (Los Republicanos) en la cual éste insinuaba que Emmanuel Macron era homosexual y que estaba, además, respaldado por un supuesto “lobby gay”. Luego siguió con una serie de incidentes repetidos que enfrentó a los dos órganos de prensa rusos con el entonces candidato a la presidencia.

La confrontación continuó incluso después de su elección cuando la directora de Russia Today, Xenia Fedorova, acusó al mandatario francés de “poner las bases de un peligroso precedente que amenaza a la vez la libertad de expresión y el periodismo en su conjunto”.

El otro capítulo que inspiró la reacción de Macron fue la publicación de los llamados MacronLeaks a través del portal de Julian Assange, WikiLeaks, y cuya propagación pasó también por RT Y Sputnik. Miles de correos electrónicos del equipo de campaña de Macron y facturas fueron puestos en la plaza pública a principios de mayo, justo antes de la segunda vuelta de las elecciones presidenciales.

El precedente de las manipulaciones a que dio lugar el voto a favor del Brexit en Gran Bretaña y, más tarde, la elección de Donald Trump y el referendo autonomista en Cataluña terminaron por diseñar esta polémica iniciativa de Francia. Si bien existe un consenso en torno al principio de frenar la contaminación de las fake news, la iniciativa francesa dio lugar a muchas críticas, sobre todo, como lo resalta el vespertino Le Monde, porque “mezcla situaciones muy diferentes” (Brexit, Trump, referendo catalán, elección francesa). Además, dejar que un Estado sea el actor que determina lo que es verdad o mentira no constituye en ningún caso una garantía de imparcialidad. Ya existe una censura programada en las redes sociales que excluye a los medios que están contra el sistema como si fueran ellos los arquitectos de las fake news cuando en realidad es el sistema mismo.

El Ministerio francés de Cultura alega que estudió todos los casos y analizó las leyes que ya existen en Alemania y Gran Bretaña. La ley obligará a los mastodontes como Facebook, YouTube o Twitter a cooperar (la cooperación ya existe en lo que atañe la pedopornografía o el terrorismo), a respetar nuevas obligaciones al tiempo que pondrá en manos del poder judicial la posibilidad de intervenir para frenar la difusión de las fake news. Por otra parte, se autoriza al Consejo Superior del Audiovisual a “suspender” los acuerdos de retransmisión de un medio bajo influencia extranjera”. Los ciudadanos contarán también con un útil legislativo que les permitirá recurrir a las autoridades para que “cese la difusión masiva y artificial de una falsa información”. Las plataformas de redes sociales estarán, por ejemplo, obligadas de revelar la identidad de los contenidos auspiciados.

La intención de la ley consiste en evitar que se reproduzca lo que ocurrió en los Estados Unidos con Facebook y Twitter. En ambos casos se detectaron cientos de miles de cuentas y publicidades activadas por sectores prorrusos. Samidh Chakrabarti, responsable del compromiso cívico en el seno de Facebook reconoció hace unos días que “las redes sociales pueden ser un peligro para la democracia”. Lo son, y de dos maneras. No sólo por la difusión de mentiras sino también por los algoritmos que, luego de todo lo que ocurrió, filtran la información. Muchos medios digitales, opositores al sistema de destrucción global en el que vivimos pero atentos a la verdad, se han visto filtrados, o sea, censurados en su difusión. No son fake news sino anti sistema, lo que no es lo mismo. La eficacia real de estas medidas está en tela de juicio. No hay dudas de que las fake news embarran los debates democráticos y perjudican a la sociedad, pero su influencia efectiva aún no ha sido cuantificada con suficiente certeza y rigor. Puede que con el pretexto de limpiar la información sucia se termine estrechando la libertad de expresión.

efebbro@pagina12.com.ar

A través de Limpiar lo falso o limitar a la prensa | El debate … | Página12

Bitcoin, la moneda de la posverdad | Página12

Para Mariano Gallego el bitcoin es uno de los síntomas de la “era de la posverdad” en que la tensión entre el “relato” y lo “real” pareciera haber desaparecido completamente.

Hace unos días el Premio Nobel de Economía, Robert Shiller, esbozó en una entrevista que “el bitcoin no tiene valor a menos que exista el consenso de que tiene valor”. Este podría ser uno de los síntomas de esta nueva era. El valor real del bitcoin, según Shiller, a diferencia incluso de otras monedas de moda en épocas anteriores, sería “igual a cero”. “Ni siquiera podría ser equiparable a los tulipanes”, menciona también, haciendo referencia al período durante el siglo XVII en los Países Bajos en el que estas flores se transformaron en objeto de especulación llegando a valores extraordinarios y causando luego una crisis financiera. Eso le quitaría al bitcoin todo respaldo y el sustento “materialista” que –por lo menos para los teóricos más tradicionales, tanto liberales como Adam Smith, o socialistas como Karl Marx– otorgan valor al resto de las monedas (incluso los tulipanes necesitaban ser sembrados y cultivados por trabajadores). En términos marxistas, el fetiche respecto al bitcoin sería absoluto: un papel cuyo valor estaría dado exclusivamente por su representación.

Al respecto se desprenden dos cuestiones fundamentales.

La primera: no es cierto que el valor del bitcoin esté dado simplemente por el “consenso” como afirma Shiller. Esta moneda se intercambia por otras que sí tienen respaldo (sin meternos en el debate respecto al valor del dólar, ni en los altos niveles de consumo energético que requiere el Blockchain que resguarda y verifica estos intercambios). De todos modos, es cierto que el bitcoin ha ido superando con creces a estas primeras y que su apreciación es verdaderamente producto de este “consenso” originado en una fuerte demanda y especulación. Cada ensayo de regulación por parte de algunas naciones que intentan proteger su sistema financiero –como Corea del Sur o China–, no hicieron más que acrecentar este proceso.

Esto nos sume en la segunda cuestión: ¿es esta diferencia entre el valor del bitcoin y las monedas que lo respaldan el producto de una simple burbuja que tarde o temprano reventará?

Según un sondeo hecho por el canal financiero CNBC, el ochenta por ciento de los economistas de Wall Street no duda acerca de esto que, de algún modo, reivindicaría las teorías tradicionales respecto del valor. Ahora, si –como también deja entrever Shiller– este sobrevalor durase cien años ¿deberíamos considerar el fenómeno como una simple burbuja? Es decir, ¿puede algo que dure cien años considerarse simplemente una “burbuja” -una representación sin sustento “material”- o habría que interpretarlo de acuerdo a una nueva lógica?

Una de las principales características que conforman la “era de la posverdad” radica en la construcción de una realidad cuasi virtual en la que la búsqueda de la “verdad” -uno de los principales sustentos de la Modernidad-, ha perdido sentido. Es decir, la tensión entre el “relato” y lo “real” pareciera haber desaparecido completamente, sumiéndose el segundo en el primero, sin dejar siquiera las huellas del proceso.

Así como la “era de la posverdad” no podría pensarse por fuera de la realidad virtual que producen los “tecnorelatos”, el bitcoin depende exclusivamente de ellos. Quizá su valor dure lo mismo que esta era –cincuenta, cien, doscientos años–, equiparando ambos fenómenos, lo que nos sumiría de algún modo, más que en el valor de una moneda, en el valor de una época y en una nueva lógica de los intercambios, en la que todo sustento estaría dado por esto que Shiller menciona como el “consenso”, y por ende, las “instituciones” encargadas de construirlo: una realidad virtual cuyo único valor sería el “valor de uso” o la demanda, como les gusta mencionar a los marginalistas, incluso a los mismos que acusan al bitcoin de no ser más que una burbuja.

Más allá de la impaciencia occidentalista y en oposición a una perspectiva oriental (a Mao le preguntaron alguna vez respecto del capitalismo y su afianzamiento, y respondió: ¿cuánto puede durar, cinco mil, diez mil años más?), es cierto que los procesos históricos son mucho más extensos –y extenuantes– de lo que las cosmovisiones actuales están dispuestas a soportar. Asimismo, una burbuja que dure cien años, por lo menos a efectos analíticos -si no se quiere caer en los habituales errores epistemológicos-, debería ser considerada inevitablemente como una nueva “verdad” (aunque ello no nos guste).

De lo que no caben dudas es respecto a que el bitcoin es inevitablemente uno de los síntomas de esta nueva era.

* Docente de Teorías de la Comunicación II (UBA) y de Ciencias Económicas y Políticas (Universidad de Palermo).

A través de Bitcoin, la moneda de la posverdad | medios y comun… | Página12

Solid

Solid es un nuevo y emocionante proyecto dirigido por el Prof. Tim Berners-Lee, inventor de la World Wide Web, que tiene lugar en el MIT. El objetivo del proyecto es cambiar radicalmente la forma en que funcionan las aplicaciones web en la actualidad, lo que da como resultado una verdadera propiedad de los datos y una mayor privacidad.

¿Qué ofrece Solid?

Sólido (derivado de «datos sociales vinculados») es un conjunto propuesto de convenciones y herramientas para crear aplicaciones sociales descentralizadas basadas en principios de Datos Vinculados. Solid es modular y extensible y depende tanto como sea posible de los estándares y protocolos W3C existentes.

A simple vista, esto es lo que Solid ofrece…

La verdadera propiedad de los datos

Los usuarios deben tener la libertad de elegir dónde residen sus datos y quién puede acceder a ellos desvinculando el contenido de la aplicación.

Diseño modular

Debido a que las aplicaciones están desacopladas de los datos que producen, los usuarios podrán evitar el bloqueo de proveedores al cambiar sin problemas las aplicaciones y los servidores de almacenamiento de datos personales, sin perder ningún dato o conexión social.

Reutilizando datos existentes

Los desarrolladores podrán innovar fácilmente creando nuevas aplicaciones o mejorando las aplicaciones actuales, todo mientras reutilizan los datos existentes creados por otras aplicaciones.

A través de Solid

El software de Microsoft es malware – Proyecto GNU – Free Software Foundation

Más ejemplos de malware en el software privativo.

Malware se refiere al software que es dañino, es decir, que está diseñado de tal forma que su funcionamiento maltrata o daña al usuario (no se tienen aquí en cuenta los errores involuntarios). En esta página se explica por qué el software de Microsoft es dañino.

El malware y el software que no es libre son dos cosas diferentes. La diferencia entre el software libre y el software que no es libre reside en si los usuarios controlan el programa o por el contrario el programa controla a los usuarios. No es una cuestión directamente relacionada con lo que el programa hace cuando se ejecuta. De todas maneras, en la práctica, el software que no es libre a menudo es también malware. Esto se debe a que el desarrollador, sabiendo que a los usuarios se les ha negado la posibilidad de poner remedio a las funcionalidades maliciosas, se ve tentado a imponer algunas.
Tipo de malware

Puertas traseras
Inseguridad
Sabotaje
Intromisiones
Vigilancia
Gestión digital de restricciones («DRM»): Son funcionalidades diseñadas para restringir lo que los usuarios pueden hacer con los datos en sus ordenadores.
Prisiones: Son sistemas que imponen la censura en los programas de aplicación.
Tiranos: Son sistemas que rechazan cualquier sistema operativo que no esté «autorizado» por el fabricante.
Suscripciones

Puertas traseras de Microsoft

Microsoft ha incluido ya una puerta trasera en su encriptado de discos.

Microsoft Windows tiene una puerta trasera universal a través de la cual se puede imponer a los usuarios todo tipo de modificaciones.

Más información acerca de las ocasiones en que se ha hecho uso de esa puerta trasera.

En Windows 10, la puerta trasera universal ya no está oculta: todas las «actualizaciones» se impondrán de inmediato y de forma forzosa.

Windows 8 también tiene una puerta trasera para cancelar aplicaciones de forma remota.

Usted bien podrí­a tomar la decisión de dejar que algún servicio de seguridad en el que confí­a desactive de forma remota los programas que dicho servicio considere maliciosos, pero no hay ninguna excusa para eliminarlos, y usted tiene el derecho de decidir en quién confiar (si es que desea confiar en alguien para esto).

El Gobierno alemán evita los ordenadores con Windows 8 provistos del chip TPM 2.0 debido a que este chip permite la creación de puertas traseras.

Los usuarios informan que Microsoft los ha obligado a sustituir Windows 7 y 8 por el fisgón Windows 10.

Microsoft estaba atacando a los ordenadores con Windows 7 y 8, haciendo aparecer una ventana que preguntaba si «actualizar» a Windows 10, en el momento de apagar el equipo.

Posteriormente, Microsoft publicó instrucciones sobre el modo de rechazar permanentemente el paso a Windows 10.

Esto parece implicar el uso de una puerta trasera en Windows 7 y 8.

Inseguridad de Microsoft

A diferencia del resto de esta página, los errores que aquí se señalan no son intencionados, por lo que no pueden considerarse malware. Los mencionamos para desmontar la falsa suposición de que el software privativo de prestigio está libre de graves fallos.

Procedimientos para sacar provecho de fallos de Windows, que fueron desarrollados por la NSA y luego divulgados por el grupo Shadowbrokers, están ahora utilizándose para atacar con programas secuestradores a un gran número de equipos que operan con Windows.

Un fallo en Internet Explorer y Edge permite a un atacante obtener los datos identificativos de la cuenta de Microsoft si el usuario cae en la trampa de visitar un enlace malicioso.

Terminales de puntos de venta que funcionan con Windows han sido atacados y convertidos en una botnet con el propósito de obtener los números de las tarjetas de crédito de los clientes.

Sabotaje de Microsoft

Los problemas que se señalan en este sección no son estrictamente malware, ya que no implican la elaboración de un programa cuya modalidad de funcionamiento provoca daños al usuario. Pero se asemejan mucho al malware pues se trata de maniobras técnicas por parte de Microsoft que perjudican a los usuarios de software específico de Microsoft.

Microsoft ha dejado de dar mantenimiento para Windows 7 y 8 en los procesadores más recientes de forma apresurada.

No importa lo legítimas que pudieran ser las razones de Microsoft para no hacer ese trabajo de mantenimiento. Si ellos no quieren hacer el trabajo, deberían permitir que los usuarios lo hicieran.

Microsoft has hecho que Windows 7 y 8 dejen de funcionar en ciertos nuevos ordenadores, obligando así a sus poseedores a cambiarse a Windows 10.

Una vez que Microsoft ha embaucado a un usuario para que acepte instalar Windows 10, este descubre que se le niega la opción de cancelar o posponer la fecha de instalación impuesta.

Esto demuestra lo que venimos diciendo desde hace años: utilizar software privativo equivale a permitir que alguien tengan poder sobre nosotros, y tarde o temprano seremos ultrajados.

Microsoft ya no ofrecerá soporte para el funcionamiento de Windows 7 y 8 en ninguno de los futuros procesadores Intel. Para tales máquinas, solo estará disponible el más malévolo Windows 10. Lo mismo para los procesadores AMD y Qualcomm.

Windows 7 y 8 también son contrarios a la ética, por supuesto, porque son software privativo, pero este ejemplo de imposición por parte de Microsoft demuestra el poder que posee.

Los desarrolladores de software libre también dejan de mantener viejas versiones de sus programas, pero esto no implica ser injusto con los usuarios porque los usuarios de software libre tienen el control del software. Si el programa es importante para usted, puede unirse a otros usuarios y contratar a alguien para que adapte la vieja versión a futuras plataformas.

Microsoft está forzando la actualización de Windows a la versión 10, ignorando la opción de «no actualizar» que los usuarios pueden escoger en Windows 7 u 8. Esto confirma la existencia de una puerta trasera universal en Windows 7 y 8.

La «actualizaciones» de Windows 10 borran aplicacones sin pedir permiso.

Microsoft se entromete una y otra vez para que muchos usuarios instalen Windows 10.

Durante meses, Microsoft ha estado engañando a los usuarios para que «actualizaran» a Windows 10, si no prestaban atención y no lo rechazaban explícitamente.

Microsoft informa a la NSA de los errores de Windows antes de repararlos.

Microsoft dejó de distribuir parches de seguridad para Windows XP, excepto para algunos grandes usuarios que pagan cifras exorbitantes.

De igual manera, Microsot interrumpirá el soporte de algunas versiones de Internet Explorer.

Una persona o empresa tiene el derecho de dejar de desarrollar un programa en particular. Lo incorrecto aquí es que Microsoft lo hace después de haber logrado que los usuarios dependan de Microsoft, porque estos ya no son libres de encargar a otro programador que continúe el desarrollo.

Intromisiones de Microsoft

Diversos programas privativos a menudo desarreglan el sistema de usuario. Son similares al sabotaje, pero no lo bastante graves que se les pueda aplicar la palabra «sabotaje». No obstante, son molestos y dañinos. En esta sección ofrecemos algunos ejemplos de las intromisiones de Microsoft.

Windows muestra anuncios invasivos de productos de Microsoft y de sus socios.

El autor del artículo parte del supuesto de que Microsoft tiene derecho a controlar lo que Windows hace a los usuarios, siempre que no vaya «demasiado lejos». No estamos de acuerdo.

Microsoft inserta molestos anuncios en el Explorador de archivos para insistir a los usuarios en que se suscriban al servicio de OneDrive.
A fin de incrementar las cifras de instalación de Windows 10, Microsoft hace descaradamente caso omiso de la privacidad y las opciones elegidas por los usuarios.

Microsoft ha comenzado a molestar a los usuarios, odiosa y repetidamente, para que instalen Windows 10.

Microsoft está engañando a los usuarios para sustituir Windows 7 por Windows 10.

Microsoft ha hecho que los ordenadores con Windows de las empresas animen a los usuarios a quejarse a los administradores del sistema de no «actualizar» los equipos a Windows 10.

Vigilancia de Microsoft

El programa de telemetría de Windows 10 envía a Microsoft información acerca del ordenador del usuario y del uso que este hace de él.

Más aún, para los usuarios que instalasen la cuarta actualización estable de Windows 10, llamada «Creators Update», Windows elevó la vigilancia al máximo ajustando por defecto el nivel de telemetría a «Completo».

El nivel de telemetría «Completo» permite a los ingenieros de Microsoft acceder, entre otras cosas, a claves de registro que contienen información sensible, como la contraseña de inicio de sesión del administrador.

Los archivos DRM de Windows pueden utilizarse para identificar a gente que está navegando mediante Tor. Esta vulnerabilidad existe únicamente si se utiliza Windows.

Por defecto, Windows 10 envía información de depuración a Microsoft, volcados de memoria incluidos. Ahora Microsoft se los proporciona a otra compañía.
Al parecer, Windows 10 envía a Microsoft datos sobre las aplicaciones que se están utilizando.

Una puesta al día regresiva de Windows 10 borraba aplicaciones para la detección de vigilancia. Luego otra insertaba un programa general de espionaje. Los usuarios lo advirtieron y se quejaron, de modo que Microsoft le cambió el nombre para que pareciera que lo habían eliminado.

Utilizar software privativo es una invitación a recibir un trato de este tipo.

Windows 10 tiene 13 opciones de fisgoneo, todas activadas por defecto, y desactivarlas sería una tarea demasiado ardua para la mayor parte de los usuarios.

Windows 10 se entrega con una configuración predeterminada que no muestra ningún respeto por la privacidad. Concede a Microsoft el «derecho» a husmear en los archivos del usuario, lo que escribe, lo que dice, su ubicación, sus contactos, los registros en el calendario y el historial de navegación, así como a conectar automáticamente el equipo a redes públicas inalámbricas y mostrarle al usuario anuncios personalizados.

Podemos suponer que Microsoft mira los archivos de los usuarios a pedido del gobierno de los Estados Unidos, aunque su «política de privacidad» no lo diga explícitamente. ¿Mirará también los archivos de los usuarios a pedido del gobierno chino?

Windows 10 envía a Microsoft información para la identificación, incluso cuando el usuario desactiva la función de búsqueda Bing y Cortana y activa los parámetros de protección de la privacidad.

La «identificación publicitaria», única para cada usuario, permite a otras compañías rastrear los sitios que visita cada usuario en particular.
Código espí­a en Windows 8: Windows Update husmea en las actividades del usuario. Windows 8.1 rastrea las búsquedas locales, y Windows contiene una clave secreta de la NSA cuyas funciones desconocemos.

El SkyDrive de Micrososft permite que la NSA examine directamente los datos de los usuarios.

Programas espías en Skype: http://www.forbes.com/sites/petercohan/2013/06/20/project-chess-how-u-s-snoops-on-your-skype/. Microsoft modificó Skype específicamente para espiar.

Microsoft utiliza la «política de privacidad» de Windows 10 para imponer abiertamente el «derecho» de mirar los archivos de los usuarios en cualquier momento. El cifrado de disco completo en Windows 10 proporciona una llave a Microsoft.

Así, Windows es un malware al descubierto con respecto a la vigilancia, como también en otros aspectos.

Podemos suponer que Microsoft mira los archivos de los usuarios a pedido del gobierno de los Estados Unidos, aunque su «política de privacidad» no lo diga explícitamente. ¿Mirará también los archivos de los usuarios a pedido del gobierno chino?

La «identificación publicitaria», única para cada usuario, permite a otras compañías rastrear los sitios que visita cada usuario en particular.

Pareciera que Microsoft ha optado deliberadamente por convertir a Windows 10 en la máxima malignidad en toda dimensión, adueñarse de un poder total sobre todo aquel que no abandone Windows ahora mismo.

Gestión digital de restricciones en Microsoft

Gestión digital de restricciones (DRM ) en Windows, introducida para aplicarla a los discos Bluray. El artículo también menciona que la misma función dañina se implementaría después en Mac OS.

Prisiones de Microsoft

Windows 10 S debería llamarse Windows 10 J, por «Jail» (prisión): solo desde la Tienda Windows se pueden bajar y ejecutar programas.

Si la historia de iOS sirve de muestra, cabe prever que Windows 10 J no será mejor en este sentido.

Windows 8 en los «dispositivos móviles» es una prisión: censura los programas de aplicación preferidos del usuario.

Tiranos de Microsoft

Por descuido, Microsoft dejó abierta una vía que permitía a los usuarios instalar GNU/Linux en las tabletas con Windows RT. Pero ya ha «subsanado» el «error». Y tienen el descaro de llamarlo «protección» de los usuarios. El artículo habla de instalar «Linux», pero por el contexto se deduce que lo que instalan los usuarios es en realidad GNU/Linux.

Los dispositivos móviles que vienen con Windows 8 son tiránicos: impiden al usuario instalar sistemas operativos modificados u otros diferentes.

Suscripciones de Microsoft

Microsoft Office obliga a los usuarios a suscribirse a Office 360 para poder crear o editar documentos.

Como queda demostrado en esta página, si lo que quiere es eliminar el malware de su ordenador, lo primero que tiene que eliminar es Windows.

Fuente: https://www.gnu.org/proprietary/malware-microsoft.es.html

Un banco que pagará caro que lo pescaran | El escándalo Swissleaks | Página12

El escándalo Swissleaks podría costarle 1500 millones de dólares por sanciones en varios países.
El banco inglés armó una megainfraestructura financiera en Ginebra para ocultar fondos de la fuga, evasión y el fraude fiscal en todo el mundo. Pero la información se filtró. El holding estima que pagará muy caro por las sanciones que recibirá en diversos países que lo investigan.
Banca off-shore o guarida fiscal. HSBC convirtió la plaza suiza en un gran refugio para evasores. Más de 4000 argentinos involucrados.
Banca off-shore o guarida fiscal. HSBC convirtió la plaza suiza en un gran refugio para evasores. Más de 4000 argentinos involucrados. 

El HSBC reconoció que las investigaciones contra el banco por facilitar maniobras de evasión, fraude fiscal, lavado y fuga de capitales a través de su sucursal suiza pueden costarle 1500 millones de dólares alrededor del mundo. Estados Unidos, Bélgica, India, España y Argentina son algunos de los países donde el banco contempla multas y sanciones por el escándalo global conocido como Swissleaks. Las 4040 cuentas bancarias con más de 3000 millones de dólares controladas por empresas e individuos argentinos presentes en la megafiltración fueron denunciadas por la AFIP en noviembre de 2014.

Los fondos estaban ocultos en el HSBC Private Bank de Ginebra. La causa acumula más de ochenta procesamientos por evasión aunque, en distintos casos, esas personas reclaman la extinción del delito a partir de su participación en los últimos blanqueos de capitales ofrecidos por el país. El Reporte Anual 2017 del holding difundido ayer precisa que un grupo de directivos de la subsidiaria local presidida por Gabriel Martino están siendo investigados por asociación ilícita. Sin ofrecer una estimación, el banco advierte en el documento presentado ayer que también podría ser multada en distintos países por sus vínculos con las estructuras offshore reveladas por los Panama Papers.

La fuga de capitales hacia los centros financieros como Suiza o Estados Unidos constituye un rasgo estructural y permanente de la economía local. Origen, tamaño y causas cambiaron a lo largo de las últimas cuatro décadas pero la sangría canalizada a través de entidades como HSBC, JP Morgan, UBS, Credit Suisse, Merril Lynch o Barclays nunca se interrumpió. La red de guaridas financieras permite a los argentinos ocultar entre 260 y 500 mil millones de dólares. Los flujos financieros ilícitos tienen como protagonistas las grandes empresas y sus dueños. En ese dato reside una explicación posible para la profusa presencia de funcionarios jerárquicos del Gobierno de Mauricio Macri en las megafiltraciones. Uno de cada tres miembros del gabinete inicial de Cambiemos provino del sector privado. Las maniobras canalizadas a través de la red global de servicios financieros offshore no solo redundan en menores ingresos fiscales sino que constituyen una fuente de inestabilidad macroeconómica reducir el fondeo para la inversión y ejercer presión sobre las cuentas externas.

Evadir y fugar

“Varias administraciones tributarias, autoridades regulatorias y organismos de control alrededor del mundo, incluidas las de Estados Unidos, Bélgica, Argentina, India y España, están llevando adelante investigaciones y evaluaciones del HSBC Private Bank (Suiza) y otras empresas del HSBC relacionadas con acusaciones de evasión impositiva o fraude fiscal, lavado de dinero y el ofrecimiento de servicios financieros internacionales sin autorización”, indica el balance del banco en la sección dedicada a las investigaciones fiscales en curso contra la firma y sus directivos. El HSBC reconoce además que recibió pedidos de información desde distintos países que investigan las estructuras offshore reveladas en los Panama Papers vinculadas a colocaciones en sus bancos. En el caso de los negocios donde colaboró con el estudio de abogados panameño Mossack Fonseca, el banco no se anima a predecir el impacto de las demandas aunque advierte que podrían ser significativas.

En noviembre del año pasado el holding alcanzó un acuerdo con Francia. El grupo anglo-asiático pagó 355 millones de dólares (300 millones de euros) en concepto de daños y multas para clausurar la investigación sobre las cuentas no declaradas de franceses en el HSBC Private Bank de Ginebra. Quienes conocen las lógicas internas del HSBC sostiene que entre los 1500 millones de sanciones esperadas no están contempladas acuerdos o sanciones en Argentina. Los países donde el banco está negociando convenios extrajudiciales son Estados Unidos y Bélgica. El holding realizó al cierre de su último balance una provisión contable por 604 millones de dólares pero reconoce que la cifra puede duplicarse. “Existen muchos factores que pueden afectar los resultados y el impacto financiero de estas investigaciones y revisiones”, apunta el documento donde sostiene que “basado en la información disponible, una posible estimación agregada de las penalidades que podrían surgir como resultado de estos temas llega hasta los 1500 millones de dólares, incluyendo los montos para los cuales ya se realizó una provisión”.

“Hemos implementado los más elevados estándares globales y controles financieros. Hoy el HSBC está en una mejor y más robusta posición para protegerse de los malos actores que en 2010”, sostuvo el CEO del holding, Stuart Gulliver, que ayer, después de siete años al frente del banco, dejó su cargo. El ahora ex jefe del argentino Martino figura en los Swissleaks y los Panama Papers. La primera filtración reveló la existencia de una cuenta no declarada con 7,6 millones de dólares en la sucursal suiza del banco. El segundo escándalo mostró que Mossack Fonseca estuvo a cargo de montar la offshore panameña Worcester Equities a través de la cual controlaba su fortuna para ocultar y proteger su identidad.

Investigación local

“En noviembre de 2014 la autoridad fiscal argentina inició una acción criminal contra varios individuos, incluyendo empleados del HSBC. La acción criminal incluye alegatos de evasión fiscal, conspiración para lavar fondos no declarados y asociación ilícita entre el HSBC Swiss Private Bank, HSBC Bank Argentina, HSBC Bank USA y ciertos empleados del HSBC que presuntamente facilitaron a numerosos clientes a evadir sus obligaciones impositivas”, sostiene el holding en su reporte anual. En la causa ya fueron indagados una veintena de empleados y directivos de la subsidiaria argentina. El listado incluye a Martino, que declaró en agosto de 2016.

La causa iniciada en el fuero penal económico contra las empresas e individuos locales con depósitos no declarados registraba a fines del año pasado más de ochenta procesamientos por evasión. Fueron dictados por la jueza María Verónica Straccia aunque la fiscalía a cargo de Claudio Navas Rial apeló y solicitó calificaciones más gravosas para distintos acusados.

Las defensas de los presuntos evasores con cuentas millonarias ginebrinas cuestionan la legitimidad de los datos. Los archivos que dieron forma a la investigación judicial fueron sustraídos y filtrados originalmente por un ex empleado del holding llamado Hervé Falciani. Perseguido por la justicia suiza por violar el sacrosanto secreto bancario helvético, el técnico informático terminó entregando la información a las autoridades fiscales francesas. A través de un acuerdo de intercambio de información con Argentina la documentación llegó a la AFIP, que inició la denuncia.

Hasta ahora, a pesar de las estrategias defensivas de los acusados, las distintas instancias de la justicia local avalaron el uso de la información financiera para perseguir los delitos. Pero los recursos de los letrados no se agotan ahí. Fuentes judiciales con acceso al expediente indicaron a este diario que “existen numerosos pedidos de extinción de delito por parte de los acusados, amparándose en la compra de los Cedin lanzados durante el kirchnerismo o la participación en el último blanqueo macrista”.

@tomaslukin

A través de Un banco que pagará caro que lo pescaran | El escán… | Página12

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